sábado, 27 de julio de 2013

Julio Rudman: Un progre K ofuscado ¿con quién?

Por Eva Baez

En un reciente post en su blog Caramelos ácidos, el periodista mendocino Julio Rudman embiste contra nuestro candidato por el Frente de Izquierda en Mendoza, Nicolás del Caño, que en una entrevista en Diario Los Andes dijo que "de conjunto, el kirchnerismo no tomó medidas integrales a favor de la mayoría del pueblo trabajador". Una afirmación para el periodista tan disparatada que ni siquiera se hace necesario nombrar tales medidas integrales.

Rudman se pregunta “¿qué es [para la izquierda] un análisis de conjunto?” (pasaremos por alto por esta vez los epítetos despectivos, para responder esta “duda”). Un análisis de conjunto, es el que propone el mismo gobierno nacional proclamar “una década ganada”. Lo que el kirchnerismo presenta, con un discurso de ribetes desarrollistas, como “ganancias” de la década para los trabajadores y sectores populares: es decir, la creación de nuevos puestos de trabajo, el crecimiento económico –hasta que golpeó la crisis internacional en 2008- y los subsidios como la Asignación Universal por Hijo; tienen su contracara en la persistencia y aun la profundización de pilares fundamentales del neoliberalismo menemista: los índices de crecimiento económico aumentaron de la mano de la sojización y el fortalecimiento del agropower.  Mientras que de los cinco millones de nuevos puestos de trabajo, más de la mitad son en condiciones precarias, tercerizados o bajo distintas formas de flexibilización laboral (pilar menemista si los hay); y para quienes trabajan en blanco, el impuesto a las ganancias viene a licuar el salario carcomido por la inflación. De la misma manera, la participación de los asalariados en la renta nacional no sólo no mejoró con respecto a los niveles del 2001, sino que decayó. La AUH representa menos del 1% del PBI, en tanto que el pago de la deuda externa se llevó aproximadamente un 10% del PBI anual entre 2005 y 2012. No hace falta decir que el pago de la deuda fue presentado siempre por los Kirchner como un “logro”, lo mismo que las millonarias ganancias empresarias; cuando, muy lejos de haberse desarrollado una supuesta industria nacional, dos tercios de las principales 500 empresas en Argentina pertenecen a capitales extranjeros. Y las principales concentraciones de tierra siguen en manos de la rancia oligarquía de los Martínez de Hoz, los Blaquier, etc., y de las grandes exportadoras como Bunge, Monsanto, Cargill. Esta sería una escueta explicación de por qué consideramos que el gobierno, en “un análisis de conjunto”, no ha tomado medidas integrales (o estructurales) que vayan contra la herencia neoliberal y a favor del pueblo trabajador, sino que se ha servido de ella para beneficiar a sus capitalistas amigos. Para no hablar del transporte público, la vivienda o el ordenamiento urbano... desastres "estructurales" que han devenido en verdaderos crímenes sociales de este gobierno (Once, Indoamericano, Inundaciones) que no se olvidarán. Será por ello que muchos no consideran para nada disparatado que nuestros spots planteen terminar con la casta de políticos millonarios, con el trabajo precarizado y en negro, contra los impuestos que revientan los ingresos del pueblo trabajador mientras los millonarios no pagan un solo peso.

Menos aún en una coyuntura donde Cristina le entrega en bandeja los recursos petroleros a la multinacional yanqui Chevron; al “estercolero del mundo”, que efectivamente nos infecta, pero de una manera bastante más literal: con el Fracking, “el gran salto hacia adelante” del modelo. Para no tomar verdaderas grageas ácidas como la Megaminería que proyecta el kirchnerismo en Mendoza. ¿Dónde quedó la “soberanía nacional” que esgrimían los K alentados por la “nacionalización” del 51% de YPF?

Dejemos acá, y evitemos entrar en los innumerables escándalos de corrupción –que ahora tienen como centro al vaciador Ricardo Jaime, responsable junto al gobierno de las masacres en el Sarmiento; o la designación y defensa del genocida César Milani al frente del Ejército.

Y sin embargo Rudman prefiere –inspirado por algún tachero facho de la Capital Federal- ver el "conservadurismo" en la izquierda que, según él, “repite el mismo discurso desde 1905”. Le respondemos que nuestro “conservadurismo” viene, en todo caso, desde un poco más allá por 1871, cuando la gloriosa Comuna de París proclamó el primer gobierno obrero de la historia y echando por tierra los privilegios de los políticos burgueses, declaró que ningún funcionario podía cobrar más que un trabajador. Efectivamente, desde el Frente de Izquierda retomamos esta tradición revolucionaria, porque como Rodolfo Walsh supo decir:“nuestra clase dominante ha procurado siempre que los trabajadores no tengan historia, no tengan héroes ni mártires. Las experiencias colectivas se pierden, las lecciones se olvidan. Cada lucha debe comenzar de nuevo, separada de la anterior. La historia se convierte así en propiedad privada, cuyos dueños son los dueños de todas las otras cosas”.

Si nosotros, por intentar recuperar las enseñanzas de una tradición revolucionaria diezmada por la burguesía –con la inestimable ayuda del stalinismo, donde supo militar Rudman- somos "conservadores": entonces, cuando vemos, al calor de la crisis internacional, que estas ideas revolucionarias vuelven en las juventudes que ocupan las calles en Brasil, Turquía, Egipto, Chile… ¿Qué pensará Rudman? ¿Que son jóvenes conservadores?

El verdadero conservadurismo (de los intelectuales K) es cerrar los ojos, en función del “relato”, a la realidad de que el gobierno nacional se sostiene sobre la alianza con los barones del conurbano, gobernadores como Isfrán o Urtubey, y burócratas sindicales de la calaña del “601” Gerardo Martínez. Antes de intentar ridiculizar a la izquierda, sería bueno que Rudman tuviera en cuenta lo que se preguntan sus propios compañeros. Por ejemplo, mientras él “entiende muchas cosas” mirando el caudal electoral del FIT, Follari (disertando junto a Laclau en la Facultad de Ciencias Políticas) explicaba que “tragar sapos” como los del PJ, era inevitable para estar donde están, ya que si el progresismo K se presentara solo en las elecciones, probablemente sacaría “menos votos que la izquierda” (algo que se ve que Cousinet aprendió muy bien). Después de todo: ¿qué resultados esperaría este periodista del kirchnerismo “puro” sin las alianzas con los conservadores locales que ganaron la interna de la mano de Ciurca? Marcelo Padilla, por ejemplo, se lamenta de que a éste no haya nada que oponerle salvo “orguitas de 35” y “10 agrupamientos atomizados que se dicen Unidos y Organizados”. Por último, entre los intelectuales de Carta Abierta (ver, en Carta Nº 13, titulada “Los Justos” su propósito de sostener al gobierno K frente a una “sutil forma de golpismo [que] opera todos los días”) empiezan a verse las crisis desatadas con la designación del golpista Milani y un gobierno arrodillado ante el purificado Francisco I (
si esto no es conservadurismo, ¿qué es?). El progresismo K ya no puede estar tan seguro de que su gobierno y los sapos de su barriga no puedan devenir en una fuerza bastante más “conservadora” que la izquierda que tanto repelen.

1 comentario:

  1. Arrugaste , mandaste toda tu verborragia a la mierda segui trabajando para mAcri, nunca pense que serias tan hijo de puta

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