Publicado originalmente en La Verdad Obrera; Jueves 27 de octubre de 2011
Se ratifica el apoyo conservador al gobierno nacional, provincial y los municipales. El kirchnerismo se siente fuerte para lanzar un nuevo tarifazo. La izquierda clasista, con el 2% de los votos, logró ubicarse como un nuevo actor político de la provincia y consolidar una referencia política independiente entre la juventud y los trabajad
Las elecciones provinciales, simultáneas a las nacionales, estuvieron marcadas por la agenda conservadora de las dos fuerzas principales de la provincia: el PJ y la UCR, que compitieron por el apoyo de las autodenominadas “fuerzas vivas” de la provincia. Los candidatos tradicionales se pasearon desde la procesión al Arzobispado a la compra de intendentes (Luján), pasando por múltiples cenas con empresarios. El triunfo categórico del kirchnerismo en agosto obligó a los radicales a cambiar su campaña presidencial por la de “cortá boleta”, radicalizando su disputa por la gestión del gobierno provincial “más allá” de los alineamientos nacionales. El PJ se mostró como la garantía de los subsidios nacionales desde Cristina a los intendentes, “más allá” de la política pro-minera que lo debilitaba electoralmente. Por último el PD intentó mantener su espíritu “ganso” al mismo tiempo que busca base plebeya con las promesas demagógicas del “peronismo diabólico” de los hermanos Saá como modelo de gestión, algo que no logró porque el corte de boleta fue notorio entre uno y otro.
De esta forma, la provincia se encamina hacia una gestión armada por el chueco Mazzón, con un tecnócrata productivista, Paco Perez, ligado al proyecto giogista de apertura hacia la megaminería y el capital financiero que huye de Europa y Wall Street, y un psicólogo social peronista, Carlos Ciurca, experto en relaciones con el aparato policial y territorial del Estado. La agenda del nuevo gobierno busca acordar mayores subsidios a los capitalistas que vienen golpeados por la incertidumbre internacional de las exportaciones a Brasil y el mercado mundial (vinos, ajo y fruticultura), y el capital financiero montado en la especulación inmobiliaria, el comercio y la industria del turismo. De esta forma, en lugar de tomar medidas preventivas elementales contra la fuga de capitales, los grandes fraudes y la sobreproducción especulativa, Pérez promete buscar una alianza con la JPMorgan y los vendedores de papeles de Wall Street, intentando recrear en medio de la mayor crisis capitalista desde la segunda guerra mundial, una política de atracción de inversiones cuya precondición fue planteada el primer día después de la elección: “sincerar” las tarifas de luz, agua y transporte. Iniciando así el ataque a las condiciones de vida de la población que denunció el Frente de Izquierda durante la campaña.
El FIT llevó adelante una gran campaña y logró una muy buena elección, aún en la adversidad política de una elección polarizada y ejecutiva, en la que las fuerzas políticas emergentes tienen menos posibilidades de crecer. Al mismo tiempo que mantuvo el reconocimiento conquistado en las primarias por su campaña contra la precarización laboral y los derechos de las mujeres, emergió con la figura de Nicolás del Caño una candidatura insubordinada al régimen de democracia para ricos, que tuvo una importante proyección. Su avance fue al calor de la denuncia de la red de complicidades e impunidad que facilitaron la fuga de Otilio Romano, de las denuncias contra la hipocresía de los candidatos patronales como Paco Pérez que fue asesor de la minera San Jorge, de demostrar que los “planes” de viviendas de los partidos del régimen son totalmente impotentes para solucionar el déficit habitacional que hay en la provincia, como señalaron muchos: por “decir lo que nadie dice”. Aún con las dificultades que supone el desarrollo de un nuevo candidato socialista, Nicolás ganó la simpatía de miles de jóvenes y trabajadores por su claridad y contundencia en las denuncias y propuestas que defendió.
Este domingo el FIT obtuvo 16 mil votos, alcanzando el 2% a nivel provincial. Los medios destacaron que fue una muy buena elección de la izquierda. Los Andes dijo este lunes: “El Frente de Izquierda fue el que mejor actuación tuvo entre los candidatos más pequeños (…) Este partido había tenido una actuación algo más positiva durante las primarias pero -dentro de todo- logró mantener su caudal de votos”. MDZol tituló “Y al final los trabajadores vencieron a la patronal” en referencia a la derrota electoral del candidato empresario que llevaba el partido de Duhalde que había atacado al Frente de Izquierda en el debate de candidatos por “hablar siempre de los trabajadores”. Proyecto Sur, que llevó al reconocido dirigente sindical Carlos Ordoñez como candidato a gobernador , obtuvo apenas 7mil votos, sin lograr remontar el fracaso rotundo de la primarias, a pesar de haberse reorientado hacia un discurso filo-kirchnerista que rehuyó de la discusión política concreta contra el gobierno nacional e intentó crear un discurso autodenominado como “verde”.
La izquierda clasista, que ha ganado autoridad contra los partidos patronales en este difícil terreno, tiene ahora el desafío de multiplicar sus fuerzas militantes entre los miles de jóvenes y trabajadores que han manifestado simpatía y respeto por sus ideas, organizando una alternativa política de los trabajadores en las fábricas, escuelas, hospitales y galpones, en las facultades y colegios; una fuerza que se exprese en las calles y las luchas de los explotados.
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